El poder de unos pocos sobre la gran mayoría de las personas suele llamarse "aristocracia". El poder de uno solo sobre la totalidad de las personas se denomina "monarquía". La democracia se instauró, con varias guerras por cierto, para que el poder fuera de la totalidad de las personas, por eso se denomina: gobierno del pueblo. Sin embargo, no todos gobernamos sólo unos pocos que represnetan las mayorías. Por la simple razón de que es poco práctico que todos seamos "jefes" y que nadie acate nuestras órdenes.
En Argentina vamos a cumplir 32 años de democracia ininterrumpida. No queremos decir que la democracia comenzó en el 1983, sólo que la historia argentina se vió atropellada por gobiernos defactos, usurpadores del poder y por primera vez se rompió la racha atropelladora que se había instaladado al menos una cada 10 años. Para ser exactos, los golpes fueron 6 en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976 (ver: aquí). Claramente vivir sin atropellos durante más de 30 años es un motivo para celebrar.
En este punto cabe preguntarnos: ¿la democracia se ve fortalecida? O en términos que acuñamos del evangelio ¿no estaremos rompiendo vestidos nuevos para remendar vestidos viejos? (Cf Mc 2, 21).