Reconocer, movilizarse y contemplar en la acción
La historia ya resuena en los hogares, tradición a tradición. Aquel día, desde oriente llegaron al pesebre tres reyes. Supieron leer en las estrellas el nacimiento de un nuevo rey, fueron al lugar, a postrarse y a dar sus dones. Su realeza no fue un condicionante para no reconocer que quien se encontraba entres los animales, en condición de pobreza y fragilidad debía ser adorado.
Te propongo una reflexión que nace en el evangelio pero necesita crecer en la vida comunitaria, social y solidaria de quienes viven con los pies en la tierra y el corazón en el cielo.
Los reyes magos fuera de contexto
El evangelio según San Mateo presenta el relato de los tres Reyes Magos en el capítulo 2. El evangelista se carácteriza por sus fuertes referencias al Antiguo Testamento. Los destinatarios de su relato son judíos convertidos al cristianismo. Mateo, en linéas generales, argumenta que Jesús es el Mesías que el Antiguo Testamento anunciaba y que el pueblo de Isareal esperaba. No obstante, estas características generales, es el único evangelista que los menciona. Se trata de astrólogos, muy probablemente de origen Persa y responden a un género literario de "profecía pagana".
Existe en el Antiguo Testameno personajes extranjeros de radical importancia, Ciro rey de los Persas, Balaam adivino, Ruth moabita que se encuentra en la genealogía de Jesús. Sin embargo, Mateo introduce otros personajes, innombrados hasta el momento y que ninguno más en el nuevo testamento ha mencionado
Por este motivo pareciera que el relato que presenta Mateo sobre los Reyes Magos estuviera fuera de contexto.
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La estrella
El papa emérito Benedicto XVI, en "La Infancia de Jesús" dedica todo un capítulo a dar algunas explicaciones al respecto. Me detengo en la explicación sobre "la estrella" que los guió hasta encontrar el pesebre. El análisis que recorre el papa en su libro va desde las interpretaciones que niegan el fenómeno astronómico a quienes calculan que en aquellos años hubo una supernova. En este sentido, Ferrari D'Occhieppo explicó la esterella de Belén como la conjunción de Jupiter y Saturno, en el signo sodiacal de piscis, ocurrido en los años 7-6 a.C.
Para los antigüos astrónomos, Jupiter representaba al dios Marduck y Saturno el representante del pueblo judío. De esta conjunción cabía la interpretación de "un evento de importancia universal, el nacimiento en el país de Judá, de un soberano que traería la salvación" (Benedicto XVI, 2012: 106). Los Magos que fueron movilizados por el evento cósmico fueron también movilizados por la esperanza de que algo universal se transforma.
La búsqueda
Los Magos, según relata san Mateo, "se presentaron en Jerusalén y preguntaron ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo?" (Mt 2, 1-2). Si bien, la calificación de magos en las Sagradas Escrituras no es bien vista, aquí Mateo, una calificación muy distinta. Recordemos que eran Judíos quienes leían este texto en los inicios del cristianismo. Por lo tanto, la resonancia de que unos magos pregunten por el mesías y que además lo adoren significaría una llamada de atención muy fuerte, en otras palabras "una llamda a la conversión".
La magnitud de la búsqueda, por parte de los magos, viene expresada por los versículos siguientes:
"Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías".
La búsqueda de los paganos, generó desconcierto para quienes eran los herederos principales de las promesas hechas a los patriarcas de Israel. La búsqueda orientada, en primer lugar, por los signos cósmicos, que otras religiones y una actitud de investigación pueden dar cuenta, termina con éxito cuando es guiada por la palabra de Dios: "En Belén de judá", respondió la asmablea de los sacerdotes y escribas, "porque esta escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel" (Mt 2, 3-4).
Conclusión
Los magos, o sabios, no se quedaron con la interpretación de sus respectivas creencias. Supieron escuchar la palabra revelada de Dios. Guiados por la esperanza, realizaron un camino, cuyo fin no era el esperado en el palacio real de Herodes, sino un pesebre. El rey que el cosmos anuncia, se presentó en la pobreza, en la familia de María y José. Los magos no se quedaron con lo que ellos suponían de que debía ser, aceptaron la humildad del Rey, lo adoraron y donaron sus precisos tesoros.
Esta actitud es la actitud de quien aún sabiendo, reconoce que humildemente lo que no sabe. Por otra parte, el reconocimiento implica acción, salir de la tierra, atravesar el desierto, preguntar a los que saben y adorar la divinidad que no se presenta según la lógica humana. La humanidad fue creada con la imagen y la semejanza de ese niño-rey de Belén. Cómo no trabajar con la actitud de los magos para reconocer la esperanza implantada en la creación, en la sabiduría de todas las creencias y la dignidad de cada persona desde la concepción.
Tendrías que explicitar porque los magos son capaces de escuchar la Palabra de Dios, sino el comentario queda descolgado del resto y sin solución de continuidad. Además seria bueno el decir y pensar que ellos llegaron a Dios "también" a través de sus creencias entonces Dios es semper maior y no se reduce a lo que nosotros aceptamos y creemos como Palabra de Dios, me parece...
ResponderEliminarGracias Gustavo. Tomo tu observación
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